Este espectacular barranco se encuentra en la Serranía Alta de Cuenca, en las proximidades del pueblo de Poyatos, el cual le da nombre; aunque en algunos documentos se le nombra como Barranco del Arroyo de la Dehesa. La mejor manera de llegar es por Cañamares, desde donde sale una pequeña carretera, recien arreglada, que remonta el río Escabas, pasando primero por Fuertescusa, 13 km. más adelante se llega a un cruce, el pueblo de Poyatos queda por la izquierda, remontando la ladera hacia el norte. La salida del barranco se encuentra continuando de frente, por la pista forestal, a 3 km. del cruce. |
Las características propias de este barranco, junto a su fácil acceso, ya que se puede convinar con coches tanto en el inicio, como en el final, lo convierten en la punta de lanza del barranquismo del centro peninsular. No es un descenso complicado, el caudal normal del mismo se mantiene bastante estable, no tiene pasos sifonados, las instalaciones son buenas y sus aguas no son muy frías, pero son varios los rápeles obligados que hay que superar, para lo que es imprescindible tener un buen conocimiento de esta técnica, y estar familiarizado con ella en entornos acuáticos; por ello no es recomendable para personas que se quieran iniciar en este deporte, si no es de la mano de un guía experimentado. ASDON AVENTURA lleva realizando este barranco con sus clientes más de 15 años, la mejor opción para conocer este hermoso paraje de la serranía conquense, además ofrece todo el material necesario, un picnic y los seguros de accidente.
Desde un punto de vista geomorfológico el barranco se puede dividir en dos partes bien diferenciadas.
La primera y superior de tan solo 500 m. de recorrido, pero la que requiere de más trabajo, consiste en un angosto pasaje con paredes de baja altura y muy próximas entre si, con abundantes marmitas y pequeños escalones rocosos. Al principio no suele tener corriente, a no ser que halla llovido recientemente, pero las pozas se mantienen con agua hasta bien entrado el verano, en un momento dado, hay un aporte por la izquierda de pequeñas dimensiones, pero suficiente para generar una corriente de agua, que irá aumentando con nuevos y más caudalosos manantiales. En su interior todos los rápeles son obligados y después del R8, el que cae sobre Poza Umbría, no hay fugas posibles hasta la segunda parte del barranco. La salida de este primer tramo se hace rapelando (R12) sobre una toba descolgada, a una pequeña lagunilla con fondo de guijarros.
La segunda parte de 2.000 m. es mucho más abierta, con abundante vegetación de ribera, que en algunos tramos crea auténticos túneles de galería, la calidad de este ecosistema es muy alto, conservando multitud de especies autóctonas de la zona: avellanos, tejos, tilos, encinas, durillos, acebos, orquídeas... El rapel más largo del barranco se encuentra en esta parte (R20), aunque no es obligatorio, devido a su espectacularidad, se realiza siempre. Un poco más abajo el cauce se vuelve a estrechar, con pasos a nado y algún salto. La salida del barranco es por un paraje llamado el Estrecho, una vieja represa crea un pequeño rapel, que se puede evitar por la izquierda, por un sendero que supera las rocas por encima. Desde este punto hasta al aparcamiento solo quedan 50 m. escasos.
La actividad suele durar de 5 a 6 horas, dependiendo del tamaño del grupo y su destreza en los rápeles. Es muy importante llevar un calzado que tenga una buena suela, y que sujete el tobillo de una forma compacta, los resbalones son habituales, la progresión se realiza sobre superficies irregulares y humedas, que generan perdidas de equilibrio. |